domingo, 3 de noviembre de 2013

¡Ganador del concurso de relatos de Halloween de sexto curso!


No ha resultado demasiado alta la participación, algo que me apena especialmente, pero estoy más que satisfecho por la gran calidad de los relatos presentados. Creo, y espero no equivocarme, que el que más trabajo y esfuerzo atesora y el que demuestra mayor manejo de las habilidades y capacidades de escritura y narración aprendidas hasta la fecha es este de Leila contra Calavera, por la alumna de sexto B Mararía. ¡Disfrutadlo!


LEILA CONTRA CALAVERA


Leila es la princesa del reino de los Sueños. Tus sueños, mis sueños, en fin los sueños de todo el mundo. Ella y su familia se preocupan de que las pesadillas no se descontrolen, vamos que no haya más de lo normal.

En el Reino de las Pesadillas habitan los seres monstruosos que vemos en nuestros malos sueños. Entre ellos esta la bruja Daniela, no os dejéis engañar por su bonito y dulce nombre  porque ¡es una auténtica bruja! El Reino de las Pesadillas lo gobierna Calavera. Una cabeza huesuda envuelta en fuego verde suspendida en el aire.

Calavera desea gobernar ambos reinos y así también controlar nuestras mentes y...el mundo. Para ello ordena a Daniela espiar a Leila y a su familia con el objetivo de averiguar sus planes y llevarles la delantera.

Daniela contrató al conejo Godofredo. Un mal bicho que tras su apariencia de conejito dulce esconde un malvado y sanguinario lobo.

Godofredo se plantó delante de la dorada puerta del Reino de los Sueños y llamó. Un guardia real que lo escuchó se encontró a un conejito suave, blanco y dulce, y corriendo se lo llevó a Leila. Se integró en la vida de la princesa y su familia sin esfuerzo alguno. Contaba puntualmente a Daniela todo lo que la familia hacía.Con toda esa información Calavera ideó un plan.

La primera noche de Luna llena, Godofredo recuperó su forma lobuna, mientras Leila, asustada, veía como su mascota se convertía en un lobo negro como la noche y con colmillos más grandes que sus propios dedos.

Quería gritar, salir corriendo, pero el miedo la tenía paralizada. Veía como el lobo se acercaba lentamente a su cama, su hocico entreabierto, gotas de babas cayendo, sus ojos inyectados en sangre. Le dijo: 

 - No grites, en silencio levántate y ven conmigo. Si me delatas te desgarraré las entrañas, y luego iré a por tu familia.

Leila, rendida y muerta de miedo, se fue con el lobo. Cruzaron el reino en la fría noche y llegaron a los tenebrosos dominios de Calavera.

La llevaron a un sótano lleno de máquinas de tortura medieval. La sentaron en una extraña silla de madera, le sujetaron los brazos y las piernas con correas, también su cabeza. Leila no entendía nada, sólo... temblaba. De pronto sintió pequeños golpecitos en la cabeza, lentos y constantes, le habían puesto un cubo lleno de agua en la cabeza con una pequeña gotera, CLOC, CLOC, CLOC...

Después de varias horas, sentía mucho dolor y empezaba a volverse loca. Chillaba de miedo y angustia.

Godofredo oía sus gritos y, sin dudarlo, fue a rescatarla. En el fondo la quería porque ella le había tratado como nadie jamás lo había hecho. Desgarró y despedazó a los soldados que encontraba a su paso, liberó a la princesa y corriendo como nunca la llevó de vuelta al castillo. Allí reveló los planes de Calavera, no eran otros que amenazarlos con matar a Leila si no le dejaban dominar ambos reinos.

Calavera, al ver frustrados sus planes, convirtió a la bruja en oruga, la cual de repente se vio agarrada a una planta en el jardín de mi madre. Con mucho asco papá la cogió valiéndose de un envoltorio de plástico de los que guardan el queso en cuña y la tiró a la basura. Mientras mi familia y yo nos íbamos, vi a los gatos del vecino acercándose al contenedor...

El rey con todo su ejercito atacó al reino de Calavera y les venció. A Calavera le impusieron el peor de los castigos, le encerraron en un baúl oscuro lleno de ratas y cucarachas que se le metían por las cuencas vacías de sus ojos.


¿FIN?


Por Mararia García Bernardez

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